Conferencia Episcopal de Venezuela
en vísperas de las
elecciones presidenciales
18/112006
A todos los
católicos de Venezuela, y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad.
Queridos
hermanos y amigos:
1. En
vísperas de estos trascendentales comicios, en los que se juega una vez más el
destino de la vida democrática de nuestra patria, los Arzobispos y Obispos de la
Presidencia de la Conferencia Episcopal
Venezolana, movidos sólo por nuestra preocupación pastoral, nos
dirigimos a todos los fieles católicos, hijos e hijas de la Iglesia, y a todos
los hombres y mujeres de buena voluntad, sin distinción de parcialidad política,
para ofrecerles algunas reflexiones y orientaciones.
2..
La Constitución
Nacional proclama que todos los ciudadanos mayores de 18 años
tenemos el derecho de elegir nuestras autoridades. Este derecho es también un deber, que
debemos cumplir en concordancia con los grandes valores de la justicia, la
verdad, la libertad, la democracia y la paz. Por ello llamamos a todos los
electores a asumir con plena responsabilidad esta obligación y a participar en
las elecciones del 3 de diciembre.
3.
A los Rectores del Consejo
Nacional Electoral y a todos sus funcionarios, los exhortamos de nuevo a cumplir
sus tareas con estricto apego a la Constitución y las leyes, y con absoluta
imparcialidad. Por ello deben crear las condiciones necesarias para disipar la
desconfianza que todavía algunos sectores del país conservan con respecto al
sistema electoral. Para esto es importante dar cabida a una imparcial
observación internacional. De igual manera están obligados a actuar, en
conciencia y ante Dios, en absoluto respeto a la voluntad mayoritaria que el
electorado manifieste en las próximas elecciones.
4. Pedimos a
todos los venezolanos, católicos o no, y especialmente a los dirigentes
políticos de todos los sectores, rechazar cualquier recurso a la violencia,
cualquier hecho que pueda poner en peligro el clima de convivencia y la
estabilidad del país. La campaña electoral debe culminar pacíficamente, y las
elecciones se deben realizar. Igualmente rechazamos todo tipo de guerra
psicológica que pretenda crear miedo en el pueblo venezolano.
5.
Deploramos las presiones indebidas que desde algunos sectores se están
ejerciendo en la conciencia de los funcionarios públicos, para que voten en una
determinada dirección. La Constitución Nacional
consagra el derecho a la libertad de expresión y de conciencia, así como el
derecho al trabajo, independientemente de la simpatía partidista de cualquier
ciudadano. Nadie puede ser excluido por su posición política
6.
A los integrantes de
la Fuerza Armada
Nacional les recordamos lo que dijimos los Obispos venezolanos
en el documento previo a las elecciones de 1998: "Las Fuerzas Armadas de
Venezuela son garantes de la institucionalidad democrática. Como en los procesos
electorales anteriores ellas tienen la misión de apoyar los actos comiciales.
Estamos seguros de que cumplirán su cometido con imparcialidad y con el
sentimiento patriótico que las caracteriza. No deben ser involucradas en el debate
político…. Confiamos en la vocación democrática de nuestras Fuerzas Armadas que
respetarán la voluntad popular y acompañarán al pueblo venezolano en el camino
de la profundización de la democracia nacional". (1)
7.
A nuestros hermanos
católicos recordamos el deber de tomar su decisión en sintonía con los
principios del Evangelio explicitados por la Doctrina Social de
la Iglesia.
Al votar debemos tener en cuenta la necesidad de defender
siempre los derechos originarios de todo ser humano que, por cierto, están
consagrados en la
Constitución Nacional: el derecho a la vida, a la seguridad
personal y patrimonial; el derecho primario y originario de la familia a
procurar una educación libre y pluralista para sus hijos; el derecho al trabajo
justamente remunerado y sin discriminación política; a la libertad de
conciencia, de expresión y de información y, en consecuencia, a la elección del
sistema político; a la libertad religiosa; a la propiedad privada y al libre
desplazamiento. Igualmente hemos de tener en cuenta que la persona humana, por
su naturaleza y dignidad personal, con sus derechos innatos e inalienables, es
anterior al Estado y debe ser defendida de los abusos tanto del mercado
capitalista como del Estado. Por ello, tanto el capitalismo liberal salvaje (2)
como el estatismo, es decir, el dominio total del Estado propugnado por las
ideologías totalitarias, son contrarios a la visión cristiana del ser humano
(3).
8. Dadas
unas elecciones limpias y transparentes, todos los venezolanos debemos respetar
los resultados. A esto están obligados particularmente las autoridades, los
dirigentes políticos de todos los sectores y todas las instituciones
democráticas. La voluntad del electorado debe ser respetada.
9. Como
cristianos, debemos dejar a un lado el rencor y el odio, la violencia y el
sectarismo. Estamos llamados a vivir como hermanos, en esta casa grande, casa de
todos, que es Venezuela. Una vez realizadas las elecciones, y reconocidos con
gallardía y humildad los resultados, hemos de procurar re-encontrarnos
fraternalmente, en espíritu de reconciliación y unidad. Recordemos las palabras
del Señor: "Dichosos los que trabajan por la paz porque ellos serán llamados
hijos de Dios (4)
CONCLUSIÓN
10. Queridos
hermanos en Cristo; estimados amigos todos:
En estos
momentos de tanta importancia para el futuro del país, los Arzobispos y Obispos
de la Presidencia de la Conferencia Episcopal
reafirmamos nuestra imparcialidad y nuestro compromiso con todos los
venezolanos, sin importar su condición social o política. Invitamos a todos los
creyentes a acudir a sus iglesias a celebrar la Eucaristía los días 2 o 3 de
diciembre, y a elevar desde ahora sus oraciones confiadamente a Dios, Padre
bueno de todos los seres humanos, por mediación de Cristo, nuestro Divino y
único Salvador, para que nos guíe y proteja siempre. Y ponemos en manos de María
Santísima, Nuestra Señora de Coromoto, Patrona de Venezuela, nuestras
preocupaciones y el futuro de nuestra querida Patria. Amen.
Caracas, 13
de Noviembre de 2006
Con nuestra
afectuosa bendición episcopal,
+ Ubaldo
Ramón Santana Sequera, Arzobispo de Maracaibo, Presidente de la CEV
+ Roberto
Lückert León, Arzobispo de Coro, 1° Vicepresidente de la CEV
+ Card.
Jorge Urosa Savino, Arzobispo de Caracas
+
Ramón José
Viloria Pinzón, 2° Vicepresidente de la CEV, Obispo de Puerto Cabello,
Secretario General de la CEV
Notas:
1. Conferencia Episcopal Venezolana, Declaración ante las elecciones, 23 de
octubre de 1998, 6
2 .Juan
Pablo II, Discurso a los Gobernantes del Mundo, 4 de noviembre de 2000, 3.
3. Juan
Pablo II, Carta Encíclica Sollicitudo Rei Socialis, 15 ( Tipog. Políglota
Vaticana, dic. 1987, 21 (pg 25); Compendio de la Doctrina Social de la
Iglesia, 48 , Pontificio Consejo Justicia y Paz;
4.
Mt.5,
9